Keiichi Tsuchiya nació en 1956 y creció fascinado por las carreras callejeras. Con un Toyota AE86 como compañero inseparable, empezó a perfeccionar su técnica de derrape en carreteras de montaña (touge) durante la noche.En los 80 y 90, Tsuchiya llevó esa técnica a la pista profesional, rompiendo las reglas no escritas del automovilismo: convertir el derrape en una herramienta de espectáculo y control, no solo de emergencia. Su dominio fue tan absoluto que ganó el apodo de “Drift King”.
Más allá de las competiciones, Tsuchiya popularizó el drift en todo el mundo a través de videos, exhibiciones y su participación en el anime Initial D, que convirtió al AE86 en un ícono global. Gracias a él, el drift dejó de ser un truco callejero para convertirse en una disciplina respetada.